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Los empresarios aseguran lo estar recibiendo las ganancias pactadas, mientras que la municipalidad de Lima afirma haber reflotado un negocio que fue bajo en la pasada gestión.
No importa si, en hora punta, en estos buses no cabe un alfiler. No importa si se tiene que correr o competir con otros pasajeros, para poder alcanzar un espacio en estos vehículos. No importa si se tiene que formar largas colas que van a ritmo de procesión en cada paradero o que, al final, se viaje realmente apretado.
Lo que importa es que el Metropolitano cruza 16 distritos de Lima, desde Comas hasta Chorrillos, en apenas una hora, evitando el infernal tráfico de la ciudad.
El Metropolitano se ha convertido en una pieza fundamental del sistema de transporte en Lima y, cualquier mínimo desajuste en su funcionamiento, perjudica a los más de 600 mil usuarios que viajan al día en estos buses articulados.
Pero, en este viaje de ida y vuelta, hay una historia de conflicto que ha obligado a operadores del Metropolitano a exigirle a la Municipalidad de Lima, a través de reclamos de arbitrajes, una indemnización de más de 600 millones de soles por contratos de concesión incumplidos.
En la ruta de la discrepancia están empresarios que aseguran no estar recibiendo las ganancias pactadas de su inversión en el Metropolitano; mientras que, al otro lado de la vía, funcionarios ediles afirman haber reflotado un negocio que, según ellos, recibieron de la gestión pasada, a perdida, por la baja demanda de pasajeros.
Los empresarios que invirtieron en el Metropolitano esperan tener un nuevo rumbo con la gestión de Luis Castañeda que sabe a fondo cuáles son sus problemas. De lo contrario, este sistema de transporte no podrá iniciar su etapa de operación y los años de concesión tampoco podrán correr. ¿Quién gana y quién pierde en este negocio? Ojala que no sea el usuario el principal perjudicado.