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Se creyó que fue víctima de un asalto o de un secuestro. Su familia lo buscó desesperadamente por más de un mes y aunque él sabía todo, nunca dijo nada. El crimen de Ruben Leiva, el vendedor de autos que fue asesinado nada menos que por su mejor amigo. ¿Cuál fue el móvil y cómo se planificó este homicidio?
Rubén Leiva Calderón estuvo 38 días desaparecido y en todo ese tiempo nadie tuvo información que condujera a su paradero hasta que alguien terminó revelando dónde estaba: ese alguien en todo momentoestuvo buscándolo, sin decir que él estaba detrás de su muerte.
Ambos eran los mejores amigos, pero ¿Que pudo motivar este impulso asesino?
Era el 20 diciembre del 2014, cuando Rubén Leiva Calderón, salió por la mañana de su casa en La Molina con dirección al servicio de Administración Tributaria ubicado en el Jockey Plaza para pagar una papeleta pues tenía pensado vender su auto, cuando de pronto la llamada de alguien muy cercano a él, le cambio los planes
Era Harold Maldonado, quien se anunciaba como comprador (pero ese detalle recién se conoció muchísimo más adelante). Pasado el mediodía, nadie volvió a saber de Rubén.
Harold Maldonado, era el mejor amigo de Rubén y por lo tanto era también la persona que conocía todo de él: a sus allegados, su entorno laboral. En síntesis, podía ayudar a simplificar su búsqueda; sin embargo una actitud poco amable, daba indicios de que algo no andaba bien.
La búsqueda por hospitales, morgue y en las calles era infructuosa. Harold siempre estuvo cerca pero nunca dijo lo que sabía, incluso fingió buscarlo, pero sus actitudes eran muy extrañas. Era quien más conocía a Rubén pero el que menos aportaba.
Los días pasaban y la angustia consumía a la familia Leiva Calderón, hasta que el día de
navidad en pleno enlace con las cámaras de América Televisión, una pista avivaba la
esperanza, el auto que Rubén pensaba vender había sido abandonado en Ate Vitarte muy
cerca de su casa.
Pero solo se encontró el vehículo, dos mochilas y una casaca; nada que indicara dónde estaba Rubén, en las redes sociales se lanzaban muchas frases de apoyo a la familia pero ciertos comentarios sugerían que había quienes sabían algo más.
A principios de enero, no había más pistas, ni datos, sin embargo, cumplido el mes de desaparecido, un video captado por las cámaras de seguridad del SAT, resultó revelador: en el se veía a Rubén junto a Harold. El primero tenía movimientos inexactos y siempre era vigilado por su amigo.
El Ministerio Público fue vital para encontrar el cuerpo de Rubén y Harold terminó confesando dónde estaba su amigo y lo que le había pasado: golpeó a Rubén con una mancuerna en la cabeza, lo arrojó y enterró en una fosa que ya había mandado preparar
Según la policía, Silvana Caballero, una joven estudiante de marketing fue sin proponérselo, la manzana de la discordia entre Harold y Rubén y si bien Silvana conoció primero a Harold, tiempo después tuvo un mayor acercamiento con Rubén. Harold, por su parte, reprimía sus sentimientos.