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El gobierno atraviesa su peor crisis política e institucional
Perú.
En una semana ha habido más muertos y heridos en la administración Humala que en sus dos años como presidente. Pese a todo, Ollanta Humala no ha logrado detener todavía su peor crisis política e institucional en el seno de la seguridad nacional.
Un cisma desatado por la irregular, ilegal y generosa seguridad prestada por la policía a una de las casas del ciudadano Oscar López Meneses y a su padre. López Meneses fue y quizás sigue siendo el operador, el delfín de Vladimiro Montesinos.
Ollanta Humala trató de deslindar con lo sucedido pero los personalísimos adjetivos calificativos no eran suficientes y comenzó a correr sangre en Palacio de Gobierno. El presidente bajó el dedo al ministro del Interior Wilfredo Pedraza, removió a seis altos mandos de la Policía Nacional, cortó al menos formalmente el cordón umbilical con su hombre de confianza y asesor en temas de seguridad, Adrián Villafuerte y además le pidió la renuncia al presidente del Comando Conjunto, José Cueto.