La serie de Netflix ‘Merlina‘ ha sido de los éxitos más grandes de la plataforma. Jenna Ortega, su estrella principal, escaló en popularidad muy rápidamente tras el estreno y ahora, ya varios meses después, se ha sincerado sobre lo que significó ser parte de este programa.
La actriz ha contado en una sesión de preguntas y respuestas de Netflix que durante el rodaje tuvo horarios extenuantes. Más allá de las grabaciones, Ortega no solo tenía que aprenderse los guiones sino también perfeccionar algunas de las habilidades necesarias para el papel ya que, como recordamos, Merlina tenía que ser una convincente esgrimista, violonchelista, hablar alemán, entre otros talentos. Y aquello se traducía en muchas, pero muchas lecciones.
“Era llegar dos horas antes, hacer ese día de 12 a 14 horas, luego ir a casa y luego subirme a Zoom y recibir cualquier lección que tuviera. O llegar a mi apartamento y mi profesor de violonchelo ya me estaba esperando”, dijo Ortega. “Simplemente no paraba, y si se podía en un fin de semana, si no estuviéramos filmando el sexto día de esa semana, era ‘Está bien, entonces, recibiremos tus lecciones ese día'”.
Ojo que no es que Ortega haya dejado todo para última hora pues de hecho había iniciado sus lecciones de esgrima y violonchelo un par de meses antes del rodaje, que se llevó a cabo en Rumania, sin embargo, hubo secuencias particularmente difíciles de hacer como aquella donde tocó ‘Paint it Black’.
“No pude dormir nada. Me jalaba de los pelos”, dijo Ortega. “Había tantas llamadas de FaceTime que mi papá respondió en mi lugar llorando histéricamente”.
Ciertamente, la “magia de Hollywood” podía salir en su ayuda cuando lo necesitase, pero Ortega se presionó lo suficiente para hacer convincentes sus escenas para un público exigente a pesar que Tim Burton ya le había asegurado que todo “se iba a ver genial”.
“No sabía adónde se suponía que debían ir mis manos y luego tuve que hacer que dos violonchelos salieran de un violonchelo, lo cual fue ridículo”, dijo Ortega. Sin embargo, y conforme el tiempo apremiaba, tuvo que dejar algunas escenas en manos de sus dobles.
“Empezamos a quedarnos sin tiempo porque Merlina está en casi todas las escenas”, dijo Ortega. “Tuvieron que empezar a usar dobles de riesgo u ocasionalmente dobles de violonchelo si no tenían tiempo de conseguir manos, pero yo insistí en estar lo mejor preparada posible porque quería que pudieran usarme a mí, porque es más creíble si puedes ver la cara”.
Y a ti, ¿te convenció la escena?