Aquí una historia fascinante que nos llega desde The New York Times.
¿Sabías que Netflix se gastó $55 millones en una serie que se ha quedado totalmente en el limbo?
Todo parte de una compra que la empresa de streaming realizó a un proyecto del director Carl Rinsch en 2018, una serie lamada ‘Conquest‘. Rinsch, quien tiene como única película en su filmografía la fallida ’47 Ronin’, logró convencer a Netflix de invertir en una serie que pensaban iba a ser el siguiente éxito de ciencia ficción a lo ‘Stranger Things’.
Sin embargo, tras pagar unos $44 millones iniciales, Rinsch demandó dinero adicional bajo la amenaza que si no lo hacían, la producción se detendría. Netflix le dio $11 millones más que el director gastó en criptomonedas, acciones de alto riesgo, compras millonarias de autos de lujo y hasta ropa de diseñador.
Al día de hoy no se ha terminado ni un solo episodio.
Mordieron la carnada
Según cuenta el artículo original, Rinsch financió la producción con su propio dinero en un inicio, manteniendo los costos bajos al contratar un equipo europeo que no esté trabajando bajo las reglas sindicales de Hollywood.
De hecho, tuvo extenuantes rodajes en Kenia, incluso alguno que data de 24 horas seguidas para abaratar costos o de otro, en Rumania, donde la actriz principal sufrió hipotermia por estar demasiadas horas con las piernas desnudas en la nieve por lo que tuvo que ser llevada de emergencia al hospital.
Rinsch logró que la compañía 30 West y que el actor Keanu Reeves invirtieran en su proyecto manteniéndolo a flote hasta completar de producir y editar 6 episodios pero sumamente cortos, de unos 4 a 10 minutos cada uno. Sin embargo, estos episodios sirvieron para mostrar ‘Conquest‘ a diversas compañías de streaming, con la promesa de una primera temporada de 13 episodios con 120 minutos en total.
Y ahí estaba muy interesado Amazon pero fue finalmente Netflix quien tuvo la oferta ganadora e incluso logró acceder a términos bastante inusuales y reservados para pocos como darle el poder a Rinsch de tener la última palabra en edición y de asegurarlo “de por vida” para futuras temporadas y spin-offs (sí, así soñaban con expandir el proyecto).
No obstante, después de la compra de los derechos del programa, el comportamiento del director empezó a ser errático y fue ahí que Netflix se dio cuenta que no había analizado todas las señales de alerta.
Thomas Cherian, portavoz de Netflix, dijo al Times que la compañía había cancelado la serie de Rinsch y agregó que estaba “claro que el Sr. Rinsch nunca iba a completar el proyecto que acordó hacer”.
Rinsch y Netflix ahora están atrapados en un procedimiento de arbitraje confidencial iniciado por Rinsch, quien afirma que la compañía incumplió su contrato y le debe al menos 14 millones de dólares en daños y perjuicios. Netflix ha negado deberle algo a Rinsch y ha calificado sus demandas como una extorsión.