En un episodio como el último de ‘La Casa del Dragón’ (S2E3) tal vez no nos aguardaban muchas sorpresas mientras todo iba avanzando hacia el inminente enfrentamiento entre el bando de Rhaenyra y el de Aegon.
Sin embargo, los guionistas se las han arreglado para ofrecernos un momento sumamente interesante para el final del episodio y que dista del libro de George R.R. Martin.
No es la primera vez que lo visto en pantallas se aleja de los libros pero en esta oportunidad, se trata de una escena que sin duda cambiará los acontecimientos de esta segunda temporada.
Al respecto ha sido Geeta Vasant Patel, directora de este episodio titulado ‘El Molino Ardiente’, quien ha comentado a Variety cómo así logra incluir el reencuentro entre Rhaenyra y Alicent que en el libro no figuraba. Ella asegura que este momento responde a una motivación “egoísta” de la propia Rhaenyra aunque es posible que ella aún no lo descubra:
Fue muy intencionado tener este momento en el que tus protagonistas se enfrentan de verdad. Fue crucial para los guionistas que Rhaenyra y Alicent fueran el centro de la temporada, reflejando la relación central de la primera temporada.
Gran parte del sentimiento de esa escena proviene del episodio 8 de la temporada pasada, que también tuve la suerte de dirigir, porque ahí es donde Viserys le demuestra a Rhaenyra que la ama, y que la pone en primer lugar porque se levanta de la cama cuando se está muriendo y camina por esa sala del trono. Cuando Rhaenyra va a ver a Alicent para decirle: “Oye, tenemos que detener esta guerra”, siento que en realidad está allí egoístamente por sus propias razones emocionales. “¿Me quería mi padre? Porque pensé que me amaba, y luego cambió de opinión contigo.” No estoy seguro de que ella sea consciente de que eso es lo que la impulsa. Esa escena está llena de toda la dramaturgia de todo lo anterior.
Asimismo, ella cuenta que en los descansos de las grabaciones revisaban el material de la primera temporada para que los involucrados se ubiquen temporalmente en aquel entonces y puedan darle mayor profundidad a la escena. De hecho, la directora asegura que “cuando ves a alguien a quien no has visto en años y hay un conflicto que tuviste con él, o hay algo que te recuerda, se vuelve fresco enseguida“, así que para conseguir el efecto deseado, era necesario revisar el material que es origen del conflicto.
Entre toma y toma, volvíamos al episodio 8 y a la primera mitad de la primera temporada y a su infancia y llenábamos nuestros recuerdos con ello, de modo que cuando hablaban entre ellos, en realidad no se trataba del hoy: Es sobre el ayer. Era una escena tan hermosa y profunda que parecía buen vino. Cuanto más lo hacían, más profundizaban.
Interesante el enfoque que le dieron a este momento aunque para algunos resultó forzado y no estuvo ajeno de críticas. De todas formas veremos más del trabajo de esta directora de cara al final pues también estará a cargo del último episodio de esta segunda temporada.
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