El músico Pipe Villarán de 51 años ha sorprendido al realizar una crónica en su cuenta de Facebook sobre lo que vivió mientras atravesaba la COVID-19. El cantautor, quien felizmente ya pudo superar el cuadro, asegura que todo empezó por una negligencia suya que le costó muy caro:
“Yo me relajé. Era viernes y me fui a tomar unas chelas con un amigo que no sabía que había sido infectado de COVID (posiblemente lo contagió su madre, que posiblemente se contagió en la peluquería) y me contagié, por irresponsable”.
Poco a poco, Villarán va describiendo sus síntomas, los cuales empezaron con una fiebre persistente:
“De a pocos, sientes que el pecho se te comienza a inflamar, como cuando te enfermas de los bronquios, y te empieza a doler, cada día un poco más. (…) Y la fiebre. La maldita fiebre. Todos la hemos tenido por un par de días, o quizás 3. Pero no por más de una semana, menos diez días seguidos. Te destroza el cuerpo y la mente”.
Además de los síntomas, Pipe Villarán temía por su nivel de oxigenación, el cual medía varias veces en el día con mucho miedo:
“Aparece el miedo a la muerte. (…) Los números fluctúan: 96-95-94-95…sabiendo que si bajas de 94, nadie podrá hacer nada por ti, porque no hay adónde ir”.
Más adelante, el músico menciona a aquellos que ponen en duda el virus y también a aquellos que se niegan a ponerse una vacuna. Sobre los primeros, le generan rabia y los segundos una total incredulidad:
“Lees a gente, amigos, que en redes ponen en duda la existencia del virus cuando a ti te está pasando por encima la sensación de que te atropelló un camión. “El virus no existe, todo esta en la mente”. “Yo confío en mi sistema inmunológico” “¿Cómo no nos van a dejar ir a la playa?” “Me incomoda la mascarilla, más dañino que el virus es respirar mi CO2”. No sabes si reír o llorar. Sientes una rabia inmensa.
Lees que la gente pregunta en redes si “¿se pondrían la vacuna o no?”. Algunos muy alegremente dicen “No”. Y no puedes creer que haya gente que ponga en duda la necesidad de algo tan básico, tan evidente y necesario como la vacuna a esta maldición que te esta tocando vivir”.
Para leer el relato completo de Pipe Villarán, puedes acceder al siguiente enlace donde relata cada uno de los martirios que le tocó vivir mientras estuvo contagiado y donde además también confirmó el destino de la mamá de su amigo: “La mamá de mi amigo no tuvo tanta suerte, y falleció, sola, en la clínica”.