Se vivieron dos noches increíbles en el parque londinense de Hyde Park este fin de semana. Tras cinco años sin presentarse en su ciudad de origen y con su cuarto disco bajo el brazo, Adele se subió de nuevo a un escenario, y lo hizo a lo grande, con dos presentaciones ante 65.000 personas cada una, de las que hizo sold-out hace meses por el festival British Summer Time.
Han pasado cinco años desde el último concierto público de la estrella pop; en los años intermedios ha cancelado fechas de alto perfil (Wembley Stadium, 2017, debido a una lesión en las cuerdas vocales) o las ha pospuesto (en Las Vegas, a principios del 2022), pero esta vez, Adele emergió con gritos de júbilo, luciendo y sonando como la radiante estrella de pop/ soul que es.
La estrella se llenó de emoción durante el set de dos horas y contuvo las lágrimas mientras se dirigía a la audiencia, diciendo durante su primera canción: “Dios mío, estoy de vuelta en casa”.
Para la noche trascendental, la cantante de éxitos como ‘Hello’ o ‘Easy on Me’ recurrió al diseño Schiaparelli, vistiendo un impresionante vestido de terciopelo negro hasta el suelo. El vestido de manga larga incluía hombros descubiertos, con un cuello halter, y estaba ceñido a la cintura con un cinturón dorado.
Por su parte, la estrella también compartió en su cuenta de Instagram, varias imágenes incluidas fotografías en las que aparecía interpretando apasionadamente en el escenario frente a una multitud masiva y luciendo mejor que nunca:
“¡Noche 1 de Hyde Park! ¡¡Qué multitud!! Gracias mis amores, no puedo esperar para hacerlo todo de nuevo esta noche”
¡Noche 2 de Hyde Park! ¡¡Mi corazón está absolutamente lleno!! ¡Nunca olvidaré estos espectáculos contigo, slap bang en el medio de Londres, al aire libre, durante el fin de semana del Orgullo! ¡Trajiste todo y más! Muchas gracias por recibirme. Gracias a toda la alineación, todos ustedes fueron increíbles. Gracias a mi banda y mi equipo por dos shows perfectos (…) ! Nos vemos muy pronto ♥
El repertorio de la velada tocó los diferentes estilos con los que ha experimentado en sus cuatro álbumes, dentro de la consistencia de la marca Adele, pero reservó los ‘platos fuertes’ para la parte final: el súper emotivo ‘Set Fire To The Rain’, acompañado de lluvia de verdad por cortesía del tiempo londinense; el confeti para el apoteósico ‘Rolling In the Deep’ y el extra de complicidad que le generó aparecer con la bandera símbolo del Orgullo Gay, para ‘When We Were Young’, galvanizaron a la multitud, mientras cerró con broche de oro con ‘Love Is A Game’ . Después de cinco años sin pisar los escenarios, Adele sigue confirmando que su éxito no se ha ido y, sin duda alguna, tiene para rato.