El juicio entre Amber Heard y Johnny Depp por el caso de difamación ha sacado todos los trapitos sucios que tenía la pareja. Lo último que teníamos por aquí tuvo que ver con unos audios polémicos de Johnny Depp donde aseguraba que si se retiraba de la discusión “será un baño de sangre”, y si bien la entonación del actor no suena amenazante en la grabación, lo cierto es que podría complicar su caso.
Sin embargo, la defensa de Depp tampoco se ha quedado de brazos cruzados y ha subido al estrado a la psicóloga clínica y forense Shannon Curry que declaró el día de ayer que Amber Heard sufre de trastornos de la personalidad.
La especialista confirmó haber examinado personalmente a Heard por 12 horas durante dos días de diciembre del año pasado asegurando que tiene un trastorno límite de la personalidad (borderline) y trastorno histriónico, obteniendo “resultados congruentes con estos diagnósticos”, dijo Curry. De acuerdo a las características de ambos trastornos incluye “mucha ira interna y hostilidad”, una tendencia a ser “moralista” y “estados de ánimo fluctuantes”.
“Pueden reaccionar violentamente, pueden reaccionar físicamente“, dijo. “Con frecuencia serán abusivos con sus parejas. Es casi una actuación”.
Los abogados de Heard intentaron restarle importancia a sus resultados asegurando que la profesional de la salud había sido contratada por los abogados de Johnny Depp pero ella se defendió su diagnóstico:
“Represento a la ciencia independientemente de lo que esa ciencia sea”, respondió Curry.
Por si aquello no fuera poco, descartó que Heard sufra de estrés post traumático como resultado de una presunta agresión doméstica (la cual alega) y por el contrario, considera que Heard exageró sus síntomas.