Parece que, en una galaxia no tan lejana, las ideas frescas para la saga de Star Wars se están agotando más rápido que los hipercombustibles del Halcón Milenario. Y es que, cuando creíamos que la historia de los Skywalker había concluido con El Ascenso de Skywalker (¿recuerdan esa peli que recaudó mil millones de dólares, pero aún así dejó a muchos fans decepcionados?), ahora Disney y Lucasfilm están desempolvando sus viejas fórmulas… otra vez.
La noticia bomba: el productor Simon Kinberg ha sido reclutado para una nueva trilogía que, aparentemente, podría chocar con los planes que tiene la franquicia de poner a Rey (sí, otra vez) en el centro de la acción. Daisy Ridley ya anunció su regreso como la recordada Jedi para tratar de insuflar algo de vida a la saga que ya no sabe si va o viene. Pero aquí viene la pregunta del millón: ¿de verdad necesitamos más Rey? ¿O estamos simplemente exprimiendo las últimas gotas de nostalgia de esta galaxia lejana?
Los insiders vía The Hollywood Reporter, juran y perjuran que Rey es el “activo cinematográfico” más valioso que tienen en su arsenal en estos días. Claro, después de haber matado (o jubilado, en el mejor de los casos) a sus viejas glorias como Luke, Leia, Vader, parece que no les quedó mucha otra opción. De ahí que miren con escepticismo también lo próximo que supuestamente iba a realizar Kinberg, que ahora parece obligado a alinearse con el pedido del estudio de tener a Rey de alguna manera por ahí.
Una fuente familiarizada con Star Wars que cita el medio asegura que “Star Wars es una empresa basada en la nostalgia, y se están quedando sin formas de crear nostalgia”.
Mientras tanto, Pedro Pascal y su bebé verde, Grogu, se están llevando todo el crédito en Disney+, pero ¿lograrán también conquistar la gran pantalla? Eso está por verse en 2026.
Lo curioso es que, mientras las series como The Mandalorian, Ahsoka y Andor hacen lo suyo en la pantalla chica, los proyectos cinematográficos están atascados en un torbellino de creatividad dudosa y múltiples cambios de guionistas y directores que retrasan cualquier cronograma que hayan tenido a estas alturas. ¿La solución de Lucasfilm? Volver a lo conocido, al “viejo testamento” creado por George Lucas. Pero esa parece una fórmula que tarde o temprano se va a agotar.