En noviembre del 2021, se anunció que la icónica saga de ‘Magic Mike’, regresaría en una última entrega: ‘Magic Mike’s Last Dance’. Channing Tatum anunció su llegada por medio de su cuenta de Twitter, donde subió una imagen del guión.
La tercera entrega de la saga fue escrita por Reid Carolin, quien escribió las primeras dos películas. Asimismo, el aclamado director de la primera entrega, Steven Soderberg, también regresó para concluir la historia.
Casi un año después del anuncio, finalmente recibimos un tráiler para la última entrega de la saga que se estrenará el 10 de febrero.
En ‘Magic Mike’s Last Dance’, vemos al protagonista regresar a los escenarios, esta vez en Londres, cuando un negocio lo deja arruinado. Ahí, conoce a una mujer adinerada que lo atrae con una oferta que no puede rechazar. Con todo en juego, pronto se encuentra tratando de poner en forma a un nuevo grupo de talentosas bailarinas.
A días de su estreno, Salma Hayek, una de las protagonistas de la cinta, fue al programa de Jimmy Kimmel para promocionar la película, En la entrevista, compartió una historia chistosa del set.
El baile erótico que casi acaba en desastre
Durante la entrevista, la estrella recordó específicamente un ensayo para un acrobático baile erótico que casi acaba en desastre. Este momento en particular requirió que Tatum la sostuviera al revés desde sus piernas.
“La cinta también fue un reto técnico. Hay una parte que no está en la que estoy con la cabeza abajo, cerca al piso. El problema es que, en esa posición, uno pierde el sentido de la orientación y no hice lo que se suponía que tenía que hacer, así que en el ensayo me fui como cabeza abajo y casi me golpeo”.
Hasta ese momento, por más que Hayek había cometido un error, aún no había pasado nada muy fuera de lo común. El problema vino después, cuando Tatum inocentemente intentó ayudarla.
“Él me sujetó los pantalones para que no me cayera. En ese momento yo me preocupé porque se me iban los pantalones y no recordaba si ese día estaba utilizando ropa interior. Así que en vez de ponerme las manos en la cabeza para protegerme, me agarré a los pantalones. Entonces, él me dijo: “¡Levanta las manos!” y yo: “No, no, no”. No fue hasta que entraron todos y me apartaron de él y me dijo: “¿Qué te pasa?” y yo: “¿Qué me pasa? ¡Casi me matas!”