La ceremonia del Oscar tuvo el rating más bajo de la historia
Menos de 10 millones de personas se engancharon con la transmisión.
Se veía venir. Los Oscar 2021 no brillaron en absoluto y además de haber sido catalogada como una de las ceremonias con menos glamour, ahora sabemos que ha batido un récord y no uno bueno. Por el contrario, la Edición número 93 de los Premios de la Academia ha sido vista por 9.85 millones de personas, un descenso del 58% respecto a la gala del 2020 (que a su vez ya marcaba un récord de bajo rating).
Por primera vez, los Premios Oscar han sido vistos por menos de 10 millones de espectadores de acuerdo a lo compartido por Nielsen (via Deadline), una baja considerable si tomamos en cuenta que la gala del 2020 fue vista por 23, 6 millones de personas.
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Sin embargo, ya anticipábamos que la gala iba a tener una baja audiencia debido la fría recepción que habían tenido otras ceremonias de premiación durante el año, como por ejemplo los Emmy de setiembre del 2020, los Globos de Oro de febrero y los Grammy en el mes de marzo. Todas estas galas también registraron los niveles más bajos de audiencia en su historia.
¿Cuál es el motivo de las bajas cifras del Oscar?
Si queremos analizar un poco el motivo por el cual tantas premiaciones están registrando niveles tan bajos de audiencia tenemos que ver el real interés de la teleaudiencia por los proyectos a premiar. En el caso de los Premios Oscar, si bien muchas películas fueron parte del mundo del streaming, varias de las que dominaban las categorías importantes habían sido vistas por un reducido número de personas, moviéndose más en circuitos independientes. Con buena parte de los cines cerrados en todo el mundo gracias a la pandemia, anticipábamos que generar interés por la gala iba a ser un verdadero reto para los organizadores.
Si a ello le sumamos también que las circunstancias obligaron a realizar algunos cambios (como el de locación por ejemplo), la ausencia de un anfitrión y el desinterés de los organizadores por generar momentos de conversación (o divertidos), terminó siendo el cóctel perfecto para marcar un hito en la historia como la gala menos vista.