Por: Daniela C.
De Harvey Weinstein ya sabemos que ha sido un desgraciado y que no una, sino muchas mujeres de la industria del cine pasaron por la desagradable y terrible experiencia de haber sido violadas y acosadas sexualmente por el productor. Como bien dirían, la denuncia que viene es "una raya más al tigre" pero los sucesos que narra Emma Loman son crudos y demuestran una vez más lo mucho que Weinstein abusaba del poder y coaccionaba a sus víctimas.
La modelo y actriz alemana Emma Loman deseaba, por allá en el 2004, dar su salto al mundo de Hollywood para destacar en la actuación y conoció a Weinstein en el Festival de Venecia. No obstante, recién en el 2006 es que Harvey la invita al Festival de Cannes para hablar sobre un posible rol en una de sus películas. Loman dudó en aceptar la invitación pero tal parece que Weinstein no es un hombre que acepte un "No" fácilmente así que mandó a llamarla con su asistente, según denuncia, hasta 30 veces al día. Ella voló hasta Cannes con todos los gastos pagados por la compañía.
Ya en Cannes, Loman confiesa que Weinstein se mantuvo encantador y amable, la presentó a otros nombres importantes de la industria e insistía en que le veía potencial para protagonizar sus películas pero que los guiones los debían discutir en privado, en su "oficina" que resultaba ser su habitación de hotel. Una vez que puso un pie en la habitación Loman notó que la conversación se desviaba en comentarios a su cuerpo pero decidió mantenerse en ella por las posibles consecuencias a su carrera que ella podría enfrentar si se retiraba. En un punto, Weinstein apareció vestido con una bata y acto seguido la tocó y besó sin su consentimiento. La violó. Y en el colmo de los colmos, aseguró que se acababa de hacer una prueba de VIH que salió negativa por lo que se quitó el preservativo. Ella se retiró de la habitación asqueada, traicionada y confundida.
Sin embargo, después de aquel episodio Weinstein volvió a hablarle de manera profesional, como quien da a entender que la violación "era parte del negocio". Cuando Weinstein notó que Loman ya no se comportaba igual, cambió de táctica y pidió reunirse con ella para hablar solo de trabajo y con otra persona en la habitación. No obstante, cuando Loman llega se da cuenta que Weinstein cumplió con su palabra de tener a una mujer más con él, pero le pide hacer un trío. Acto seguido, Loman grita y Weinstein le pide perdón de rodillas y que no diga nada. Cuando sale de la habitación, ella se da cuenta que la había vetado de todos los eventos del Festival.
Un año más tarde, Loman fue contratada para protagonizar una película en Los Ángeles y es contactada por Weinstein quien le pidió "discutir el proyecto". Ella acudió acompañada pero al poco tiempo se topó con la amarga noticia que él compró los derechos de la película y la había despedido. Ni más ni menos.
Este era el modus operandi de Weinstein, el cual aplicó no solo con Emma sino con varias de las actrieces que lo denunciaron (y cuántas más existirán que aún mantienen silencio).
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— Cinescape (@cinescape_peru) 22 de agosto de 2018