La actriz italiana Gina Lollobrigida ha muerto en Roma a la edad de 95 años. Ella fue una de las actrices más famosas del mundo en su apogeo entre las décadas de 1950 y 1960.
Lollobrigida comenzó como modelo y fue descubierta por primera vez cuando participó en la competencia Miss Italia en 1947. Aunque pasaría a ser apodada “La mujer más bella del mundo”, ella quedó en tercer lugar en la competencia, después de Lucia Bosè y Gianna Maria Canale, quienes también tuvieron exitosas carreras en el mundo del cine.
Para Gina su primer gran papel lo obtuvo interpretando a una prostituta en 1949 en la comedia dramática de Luigi Zampa titulada ‘Renunciación’ (Campane e Martello), después de haber estado tentando papeles secundarios. Tras ello, en 1952 llegaría una de sus películas más famosas para entonces, la francesa ‘Fanfán el Invencible’ (Fan la Tulipe), donde apareció junto Gérard Philipe.
Otros éxitos de su filmografía incluyen incluyeron ‘La Burla del Diablo’, título con el que destacó en Hollywood junto a Humphrey Bogart y Jennifer Jones; el drama romántico de 1955 ‘La Mujer Más Guapa del Mundo’; ‘El Jorobado de Notre Dame’ de 1956 donde interpretó a Esmeralda con Anthony Quinn como Quasimodo, la siempre recordada ‘Salomón y la Reina de Saba’ de 1959 o ‘Venere Imperiale’ de 1962 que le valió un premio por su actuación.
Para la década de 1970, Lollobrigida vio cómo su carrera empezaba a pausarse, sin embargo, para la siguiente década tuvo múltiples apariciones en programas de televisión que la mantuvieron vigente.
En años más recientes, Lollobrigida se dedicó a la fotografía, el arte y la política, e incluso se postuló como candidata a senadora en las elecciones generales italianas a sus 95 años por el partido de izquierda Italia Soberana y Popular.
Problemas personales por su herencia en sus últimos años
Sin embargo, y a pesar de la prolífica carrera que tuvo llena de glamour, su vida personal era otro cantar. La actriz se vio envuelta en un sonado escándalo por su herencia donde su único hijo, Andrea Milko, pidió tener el control de su fortuna debido a que su madre confiaba demasiado en su amigo, también de nombre “Andrea“.
Resulta que ya en el ocaso de su vida, entró en ella Andrea Piazzola, de 34 años, con quien la actriz tuvo una relación muy especial y quien se ganó su confianza. Él inició como chofer, ascendió a asistente y terminó siendo administrador de su fortuna de 40 millones de euros, algo que el hijo de Gina no estaba dispuesto a aceptar llevando el caso a la Corte. Sin embargo, la corte finalmente dio como veredicto que Gina Lollobrigida estaba en toda la capacidad para administrar su dinero o decidir quién lo haga por ella.
El pasado mes de diciembre, la actriz lamentaba la situación:
“Andrea fue una bendición para mí. Es como mi hijo. Me siento tan cansada. No he hecho nada malo, pero (mi familia) está furiosa conmigo y no me deja en paz... A mi edad yo debería tener un poco de paz, pero no la tengo. Tengo derecho a vivir y morir en paz. Déjenme morir en paz. La vida es mía y quiero poder decidir lo que quiero”.