Escrito por: Jorge C.
Todo parece ser que, a pesar de mostrar su apoyo al movimiento #MeToo, James Franco no es lo que parece, sino más bien todo lo contrario, o al menos así lo podemos intuir tras distintas acusaciones y demandas de jóvenes mujeres que afirman haber sido explotadas, acosadas o intimidadas por el actor y sus compañeros.
Resulta que, hace algunos años, Franco abrió una escuela de cine y actuación llamada Studio 4, con sucursales en Los Ángeles y Nueva York, con Vince Jolivette de socio comercial y Jay Davis como gerente general.
Ahora, estos personajes fueron demandados por dos mujeres, Sarah Tither-Kaplan y Toni Gaal. Esto fue lo que pusieron en el escrito:
“Franco y sus socios participaron en un comportamiento inapropiado y sexualmente cargado hacia las alumnas al sexualizar su poder como maestros y empleadores al darles la oportunidad de roles en sus proyectos".
Según lo que sabemos, ellas llegaron a la escuela de actuación con la esperanza de poder participar en distintos proyectos grandes de Hollywood. En cambio, fueron sometidas a audiciones de explotación sexual, mientras les prometían papeles en películas que nunca se concretaron.
Por su parte, los representantes de Franco y Jolivette no respondieron a la demanda ni se han pronunciado al respecto. ¿Cómo terminará todo esto?
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— Cinescape (@cinescape_peru) 3 de octubre de 2019