‘Bird Box Barcelona’: El final explicado ¿Hay una cura contra las criaturas?
¡La posibilidad de una “Bird Box 3” está sobre la mesa!
“Bird Box Barcelona”, la película que comparte el mismo universo que la exitosa película de Sandra Bullock que cautivó a los espectadores en Netflix hace 5 años, aborda este extraño apocalipsis desde una perspectiva completamente nueva y con datos inéditos sobre las criaturas. Sin embargo, lo que encantó a muchos de los fans fue sorprendente final.
¡ALERTA DE SPOILERS!
Tras dos películas, aún no se conoce el origen ni forma de estas criaturas. Hay quienes los definen como monstruos de otra dimensión o hasta incluso como seres sobrenaturales. Sin embargo, otros los consideran como ángeles o enviados por Dios.
En una escena de la película, se insinúa que se podría tratar de “seres cuánticos” que tendrían la capacidad de adaptarse a ciertas formas según el miedo o trauma que tenga cada persona, provocándoles así la obligación de suicidarse. Por ello, tienen la necesidad de llevar los ojos vendados cuando salen al exterior.
Mario Casas, quien interpreta al protagonista Sebastián, es quien dirige a un grupo de sobrevivientes a un espacio donde la humanidad estaba migrando. Inicialmente, se trataba de un grupo de siete personas, pero, debido al oscuro secreto que Sebastián guardaba, terminaron siendo solo dos: Sofía, una niña alemana y una escritora estadounidense, quienes sí lograron sobrevivir.
Este secreto se trataba de que Sebastián realmente era un “vidente”, aquellas personas que podían ver a estas criaturas sin provocarse la muerte. Estas personas son quienes ven a estas criaturas como “enviados por Dios”, lo que provoca que sean manipulados fácilmente con promesas e ilusiones inciertas para que acaben con las vidas de los humanos que han sobrevivido.
La redención de Sebastián al final de “Bird Box Barcelona”
Sebastián, al darse cuenta de que la maldad de estas criaturas, decide poner en peligro su vida salvando a Sofía de otros videntes. Además, al ser una niña inocente e indefensa, le recordaba mucho a su hija difunta, Anna.
Sebastián se da cuenta de que debería estar ayudando a los vivos en lugar de solo seguir promesas vacías de vida eterna. Finalmente, él muere con el consuelo de que su último aliento sirvió salvar vidas en lugar de quitarlas.