El ojo sobre la geolocalización
Violación de privacidades, dicen sus detractores. Ni chupón ni vigilancia, dice el gobierno. Pero ¿Cómo funciona este sistema? ¿Cuáles son los filtros legales y circunstancias para su uso? Todo sobre la polémica Ley de la Geolocalización, que promete una lucha frontal contra la delincuencia.
Delincuentes que usan teléfonos celulares desde los penales del país para extorsionar a vista y paciencia de ciertas autoridades. Hay un mercado de telefonía tras las rejas que se debe combatir para frenar el crimen organizado
La inseguridad ciudadana nos respira en la nuca y, sin ir muy lejos, la Policía ha registrado 183 denuncias solo en Lima por el delito de extorsión en lo que va del año. ¿Qué hacer para detener esta creciente ola y dar con aquellas personas que se escoden tras un teléfono para cometer un delito sin que nadie los atrape?
En plenas Fiestas Patrias, mientras la población aún disfruta del sosiego, se ha desatado la polémica en torno al decreto legislativo1182, o ley de Geolocalización, una norma aprobada por el gobierno que permite acceder a la información de ubicación de cualquier teléfono móvil conectado a una red celular y rastrearlo en tiempo real.
Según los voceros del gobierno, la geolocalización no está vinculada al mensaje ni al contenido de las comunicaciones, sino al desplazamiento del teléfono, la fecha y la hora.
Sin embargo, en un país donde aún permanece viva la sombra de la persecución y el chuponeo, el decreto aprobado por el gobierno levanta sospechas entre sus detractores por el mal manejo que la Policía podría hacer con los datos técnicos de los celulares. Para los especialistas en derecho, la norma sería acosadora y pasaría por alto la privacidad de la ciudadanía.