La imprudencia de los peatones contribuye al horror del tránsito limeño
No resulta extraño que, de los 546 accidentes de tránsito fatales que ocurrieron el año pasado, 362 hayan sido atropellos
Aparentemente, en esa selva que son nuestras vías, ellos son presas, víctimas, pero en realidad son tan depredadores como aquellos que conducen los vehículos que abordan o que esquivan.
Los imprudentes peatones peruanos no necesitan estar al volante de una combi para ser igualmente faltosos con la autoridad.
En esta crónica desde las entrañas mismas del monstruo queda claro que el usuario también baja al llano y si es preciso se enfrenta boca a boca con el cobrador.
Y es que en ese terrible caos que diariamente forman nuestro tránsito y transporte el factor peatón es un principal contribuyente.
Por ello no resulta extraño que, por ejemplo, de los 546 accidentes de tránsito fatales que ocurrieron el año pasado, 362 hayan sido atropellos. Esta semana no más, a la altura de la avenida México un temerario peatón cruzó la vía expresa y fue atropellado por un bus del Metropolitano, el hombre de unos cincuenta años perdió la vida.