2 Marzo 2015

Identidad Robada

Jorge Aparicio, un peruano que reside en California, trabajó desde hace 50 años en construcción. Con el dinero compró dos inmuebles en Perú que ahora están a puntos de estar arrebatados de su poder. 

En este reportaje le contaremos una historia realmente indignante. Una historia de pesadilla: la odisea de un peruano que, con el dinero de toda una vida ganado en Estados Unidos, compró dos inmuebles en el corazón de Miraflores, los cuales estaría, ahora, a punto de perder. 

Se trata de una casa y de un hotel, valorizados nada menos que en dos millones de dólares, que él habría donado — escúchelo bien —gracias a un poder a todas luces falso, supuestamente suscrito en una lejana notaría del distrito de Lircay, en la provincia de Angaraes, departamento de Huancavelica.

Dos inmuebles de Miraflores habrían sido prácticamente regalados, a espaldas de su dueño, en una ciudad, casi inaccesible, situada a 15 horas de Lima. 

La víctima 

Jorge Aparicio es un peruano que vive en California, Estados Unidos, desde hace 50 años. Allí trabajó en el rubro construcción. Pensando en su retiro decidió invertir en el Perú con la compra de dos inmuebles ubicados en Miraflores donde levantó un hotel para turistas. 

Su negocio, sin embargo, tenía problemas. Como él no podía estar permanentemente en Lima para vigilar las propiedades confió en sus empleados, y hasta en sus abogados, para que lo ayudarán con la administración, pero éstos no lo hicieron de manera leal. 

Así empezó su tragedia legal. Las personas que alquilaron el hotel a siete mil dólares mensuales dejaron de pagarle. Sabían que estaba en Estados Unidos y que, desde allí, muy poco podía hacer para reclamar. 

Cuando él les pidió a sus inquilinos que se retiraran de los inmuebles por falta de pago, éstos lo enjuiciaron en el Perú por lavado de activos, estafa y hasta presentaron documentos en los que Jorge Aparicio supuestamente les habría vendido una de sus propiedades, la casa que está situada justo al lado del hotel y que se usaba como almacén.

Aparicio, actualmente, no puede tomar posesión de su propio negocio, porque aún no logra ganarle a los enredos legales que le tendieron en el Poder Judicial. 

Su hotel fue clausurado recientemente por el municipio de Miraflores, pues los arrendatarios alquilaban habitaciones sin licencia de funcionamiento.

Desde hace unos meses, Jorge Aparicio dejó Estados Unidos para venir al Perú y defender sus inmuebles valorizados en dos millones de dólares. En un juicio que lo tiene al borde de la asfixia, y a punta del desalojo, logró recuperar, hace dos años, sólo la casa que alquiló y que está ubicada en la cuadra dos de la calle Porta, en Miraflores. 

Es allí donde ahora está atrincherado, pero cuando ni siquiera había terminado de instalarse, en enero de este año, recibió otra desagradable noticia: sus inmuebles de Miraflores, increíblemente, aparecían en Registros Públicos como donados gracias a un poder absoluto que supuestamente él mismo le habia entregado a un desconocido en una notaría ubicada nada menos que a 15 horas de Lima, en el distrito de Lircay, en Huancavelica. 

De acuerdo a los documentos inscritos en Registros Públicos, Jorge Aparicio y su supuesto apoderado, Andrés Rojas Goñi, fueron hasta Lircay para que la notaria Blanca Victoria Vega Morales diera fe de cómo él, en un arranque de bondad desmedida, entregaba sus inmuebles y cuentas bancarias sin pedir nada a cambio. 

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