16 Marzo 2015

Desunión por la Unión Civil

El proyecto de ley que busca reconocer la unión de hecho entre personas homosexuales ha generado polémica en el Perú, uno de los pocos países de la región que aún no cuenta con una legislación para proteger a la comunidad LGTB

La tarde del último martes 13 parlamentarios debatieron el proyecto de ley de Unión Civil entre homosexuales. Ellos decidían la igualdad de derechos de cerca de tres millones de peruano; pero afuera la batalla era mucho más apasionada.

Las primeras cuadras de la avenida Abancay albergaban a activistas de las dos posturas  frente a la Unión Civil, unos frente a los otros. Cerca de 1000 integrantes de la comunidad LGTB exigían igualdad ante la ley.

Nuestro país está en la cola de la región en temas de reconocer derechos a la comunidad no heterosexual, pues solo tres países – Bolivia, Paraguay y Perú-  se niegan hasta hoy a aprobar algún tipo de unión entre homosexuales, cuando alrededor de 70 en todo el mundo lo permiten.

Cerca de las siete de la noche, en la Comisión de Justicia del Congreso el debate estaba por acabar. La Unión Civil estaba a punto de ser archivada una vez más. Los argumentos del artífice de esta propuesta,  Carlos Bruce,  caían en saco roto. Su lucha porque los homosexuales tengan los mismos derechos de los que actualmente gozan las parejas heterosexuales, como el acceso a los programas de ayuda social del Estado, la constitución de una sociedad de gananciales, a la herencia, a establecer y registrar ante la sociedad su relación de pareja perdía la batalla una vez más.

El aprista Mauricio Mulder y la ex nacionalista Verónica Mendoza se la jugaron a su lado, al igual que los fujimoristas Cecilia Chacón y Pedro Spadaro, pero estos cuatro votos no fueron suficientes contra los siete que votaron en contra.

Con esta decisión, nuestro país se  queda en la cola regional en la igualdad ante la ley de las personas homosexuales. Los derechos humanos, fundamentales,  no se deciden por encuestas, eso es lo que nos cuenta entender, como también el hecho de que el texto que rige la vida de los peruanos es una constitución y no un libro sagrado porque somos un estado laico. 

Relacionadas