El bypass de Castañeda
Cumplidos los primeros 100 días de su tercera gestión, entre el descontento y el descenso en su aprobación, el alcalde de Lima promete obras y el Bypass de 28 de julio parece ser su punta de lanza. Sin embargo, serios cuestionamientos a la constructora brasilera encargada de este proyecto dejarían más dudas que certezas. ¿By Pass de alto riesgo?
Dicen que errar es humano y que perdonar es divino. Han pasado poco más de cien días desde que Luis Castañeda Lossio volvió a la alcaldía de Lima y el viernes, bien temprano, la autoridad ensayó un mea culpa buscando un perdón más bien terrenal.
Las disculpas de Castañeda, con su tonito aleccionador para el que lo quiera entender, tienen su explicación en el caos en el que se sumió la ciudad a lo largo de estos días.
El Metropolitano colapsó; el acceso a Barranco y Chorrillos se tornó imposible debido a las obras en la Costa Verde, la comunidad shipibo – conibo elevó su voz de protesta ante las idas y venidas del proyecto Línea Amarilla y la ruta del corredor azul de la avenida Arequipa terminó completamente alterada, dando vueltas por la Vía Expresa, debido a las obras del by pass de 28 de julio.
Una obra que parece ser en, estos momentos, el caballito de batalla del alcalde,
pero que ya está en la mira de la Contraloría y el Ministerio de Economía y Finanzas debido a la aparente celeridad con la que ha sido planteada.
Entre las muchas obras que Castañeda Lossio ha anunciado en estos tres primeros meses de gestión, sin duda la que más cuestionamientos ha levantado es precisamente la que se desarrolla en esta intersección.
Una obra que consta de tres túneles que conectarán por debajo de 28 de julio, las avenidas Arequipa y Arenales con la Avenida Garcilaso, además de una Alameda que integrará el Campo de Marte con el Parque de la Exposición.
Lo dice Augusto Rey, miembro de la anterior gestión liderada por Susana Villarán, hoy convertido en consejero metropolitano de oposición. Sin embargo, la Municipalidad tiene una visión distinta.
Como se sabe, el by pass de 28 de julio costará cerca de 74 millones de dólares, dinero que será tomado de un fideicomiso producto de la renegociación del contrato entre Lima y la empresa Línea Amarilla SAC, también conocida como LAMSAC, durante la gestión de Villarán.
LAMSAC tiene a su cargo la construcción de la obra del mismo nombre en el río Rímac, proyecto que durante la gestión de Villarán se llamó Vía Parque Rímac. Entonces, el fideicomiso iba a ser destinado al proyecto de arborización de riberas del Rímac conocido como Río Verde.
Ya no se arborizará nada sino se hará el by pass de 28 de julio. Sin embargo, hay algo que podría representar un problema potencial.
OAS, es una de las constructoras más importantes de Brasil que no solo está encargada de la construcción del proyecto Línea Amarilla, también ha sido contratada por el municipio limeño para hacerse cargo del by pass de 28 de julio.
Tienen el 25% de las acciones de Invepar, la accionista mayoritaria de LAMSAC. En noviembre del año pasado, los principales directivos de OAS en Brasil fueron detenidos por el escándalo de corrupción de Petrobras, algo que devino en la difícil situación que actualmente tiene.
A eso se suma un hecho no menos importante. El señor en imágenes se llama Edilberto Paredes y fue proveedor de OAS en Línea Amarilla y hoy lo es en un proyecto de hospital que la constructora desarrolla en Cusco. Él denuncia que la empresa no ha cumplido con pagarle los servicios que su empresa de transporte ha prestado por esta obra en el interior. Le deben más de 160 mil soles.
La empresa registra en INFOCORP deudas en soles por casi 400 mil soles y en dólares por más de 600 mil, con una generosa lista de proveedores a quienes debe. En marzo pasado, Paredes solicitó una conciliación con OAS para ver el tema de su deuda, pero la empresa no se presentó.