Audios que cantan
A un año de la muerte de Edita Guerrero, impactantes revelaciones que ponen en seria duda la actuación de la perito y la fiscal que intervinieron en la necropsia de la cantante de cumbia. Audios y documentos recogidos en Morir Dos Veces, el libro escrito por el periodista Umberto Jara sobre este mediático caso.
En su libro Morir dos veces, el periodista Umberto Jara cuenta los escabrosos detalles detrás de la investigación fiscal por la muerte de la vocalista de Corazón Serrano.
El periodista presenta audios en los que se habla de una subasta para determinar las causas de la muerte de la cantante. “Entre las cinco de la tarde y las 10 y 30 de la noche se produce una subasta” (…) la causa de la muerte fue el aneurisma, si no pagan va a salir una lesión occipito atloidea más 36 lesiones porque la familia Guerrero va a pagar los 120 mil dólares”, se escucha.
El 22 de febrero del 2014, Edita ingresó al hospital Cayetano Heredia de Piura con un dolor de cabeza severísimo. Era algo que la afectaba con frecuencia. Incluso había sufrido desmayos durante alguna presentación meses antes.
En el hospital no la atendieron. Cuatro horas después, según consta en la documentación, ingresó caminando y acompañada de su esposo Paul Olórtiga, hasta la clínica privada Belén de esa ciudad. Inmediatamente los médicos detectaron el problema. Se trataba de un sangrado en la zona cerebral, un aneurisma. Permaneció internada en espera de su traslado a Lima, como su misma familia decidió, para ser operada. Súbitamente, el primero de marzo, el sangrado se volvió a desatar y murió.
El seis de mayo de 2014, La fiscal Victoria Justina Allemant Luna en Piura, recibió el informe policial sobre la muerte de la cantante e inmediatamente solicitó, a la sede central de medicina legal en Lima, la intervención, no de dos patólogos, como lo exige el nuevo código procesal, sino la presencia de un anátomo patólogo para que dirigiese la necropsia de Edita Guerrero.
La única profesional con esas características era la doctora Rosario Medina, quien determinó, justamente, que la causa de la muerte había sido por una luxación causada por los golpes propinados por su pareja.
Sin embargo; el neurocirujano del Instituto Peruano de Neurociencias, Dr. Abelardo Cavero Garay, aclara que con una luxación es difícil que una persona pueda hacer sus actividades neurológicas normales “¿podría caminar, desplazarse? Con una luxación no, podría tener más de siete días con vida? No. A lo mucho podría vivir horas”, señala.
Además, el número de expediente de la necropsia no aparece ni en los registros de medicina legal de Piura ni de Lima. “Es decir, no existen”, declara el periodista Umberto Jara.
Cuarto Poder intentó comunicarse tanto con la fiscal Allemant como con la doctora Rosario Medin; sin embargo, no obtuvo respuesta de ninguna de las dos partes.