Los pequeños negocios en la mira de la delincuencia
Crimen y terror a la vuelta de la esquina.
En el mundo del hampa, los asaltantes de bancos ya pasaron de moda. Hoy atacan armados a los más débiles, causando terror en pollerías, chifas y hasta en los hoteles del barrio. No les importa nada, ni los niños, ni las mujeres, mucho menos la vida de un ser humano.
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El último caso, captado por una cámara de seguridad, ocurrió en una farmacia en Los Olivos. Ni el vigilante ni las cámaras de seguridad impidieron el robo. Así cobardemente actúan hoy estos delincuentes. Sorprendiendo negocios vulnerables en donde los propietarios ganan día a día su sueldo.
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Los propietarios viven con un miedo constante y, ante la falta de seguridad, buscan de cualquier manera defender los negocios con los que mantienen a sus familias. Los empresarios deben pensar también en la forma más creativa para defenderse. A los delincuentes de hoy no les importa la condición de su víctima con tal de llevarse algo.
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Un mínimo descuido o una pequeña falla en la seguridad son aprovechada. Las rejas y las cámaras no parecen detenerlos. Atacan a los locales menos protegidos entre disparos y golpes. Ante esta creciente delincuencia a las posibles víctimas solo les queda buscar la manera de aferrarse a su único medio de trabajo.