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Un voraz incendio consumió todo a su paso en el barrio chalaco de Puerto Nuevo. Las lenguas de fuego parecían incontrolables y se propagaban velozmente por las casas de madera.
Todas las casas que colindaban unas con otras quedaron reducidas a cenizas. Sólo una construcción seguía en pie en medio de la desolación. En ella, el trabajador portuario Antonio Vargas Gutiérrez juntaba los escombros de lo que quedaba de su casa con la ayuda de trabajadores municipales.
Pero este no es el primer incendio que arrasa con decenas de viviendas de madera en Puerto Nuevo. El último ocurrió en marzo del año pasado y, para nuestra sorpresa, descubrimos que en ese incendio Antonio también lo perdió todo y tuvo que reconstruir su vivienda desde las cenizas.