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Estarían a nombre de jóvenes sin antecedentes
La costa norte del país parece haberse convertido desde hace ya varios años en tierra de nadie. El crimen organizado extiende sus tentáculos a todos los niveles de una sociedad que vive a salto de mata, amenazada por bandas de sicarios juveniles y extorsionadores que imparten órdenes desde las celdas de los mal llamados penales de máxima seguridad.
Para nadie es un secreto que la extorsión es una de las actividades delictivas más lucrativas que parece haberse adueñado del norte peruano. Las autoridades intentan luchar contra este delito pero el crimen siempre encuentra formas de evadir a la justicia. Ahora los extorsionadores no citan a sus víctimas para recibir el dinero que exigen a cambio de no atentar contra sus vidas, sino que tienen un bien elaborado sistema de cuentas bancarias que les permite seguir haciendo de las suyas sin ser detectados.